La siesta de mamá cuando estaba embarazada de mi hermana.
La escobita de juguete que se había agusanado, con la cual jugué a barrer toda la casa y la
dejé llena de gusanos.
Los sueños: los que se proyectaban en la pared/el sueño en que un colectivo pisaba a mi hermana cuando empezaba a caminar.
La casa de Almirante Brown: pasillo oscuro y escalera / el loro / las vecinas que tenían una cocinita de juguete.
El auto que hizo el abuelo Manuel (el primer auto argentino), que estaba en el taller mecánico del tío Chale.
Viajes a Paraná: un perro que tenía mi abuelo /mi tío tío Pablo, a quien extrañaba si estaba de gira jugando softball /el año nuevo en que nos fuimos de campamento /mi tía Lyliam y los cosméticos que nos prestaba para pintarnos/ mi nona Margarita
La casa de mi amiga Valeria Martínez: la señora que siempre tomaba mate en esa casa /la guitarra que una vez llevé y que los hermanos de Valeria me rompieron.
Otra amiga que me prestó unos zuecos/ mis deseos enormes de usar tacones
Haydé, una amiga de mi mamá/ un día con Haydé y su novio en que me la pasé esperando que me vengan a buscar.
Vacaciones en Córdoba: el museo de cera y mi miedo y no poder dormir de noche.
Mudanza a la casa de Las Heras, Ballester, donde viví hasta los 19.
Preescolar en el INTI, donde trabajaba mi mamá. El iglú en el que jugábamos. Era tan difícil entrar y salir porque la entrada era muy angosta. Cuando entraba no sentía alivio hasta probar que había sido capaz de salir de ahí.
Mi abuela y sus viajes a los EEUU, los regalos que traía.
Mis primos de Bella Vista: el día que fuimos a ver Boca - Chacarita a la cancha de Chacarita /cuando jugábamos al "tano pijotero" / los árboles de moras a los que nos trepábamos para buscar moras.